Iglesia de San Juan Bautista

 En lo más alto del casco urbano, se enclava la maciza figura de la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, advocación propia de las iglesias que, como ésta, pertenecieron a la orden de San Juan de Jerusalén.

      Se trata de un edificio plenamente barroco, construido entre 1697 y 1708. Tan sólo once años se emplearon en su construcción  lo que  le da a todo el edificio un aire único de armonía artística.

      Su exterior, austero, de ladrillo, donde se impone la autoridad de la línea recta frente a los últimos estertores de inspiración mudéjar que se adivinan en lo que debería haber sido el arranque de la torre sur.

      El edificio está inconcluso a falta de las torres (por falta de liquidez) que se remediaron con una doble espadaña en el tejado que alberga las campanas.

Su interior, de tres naves, destaca por la maravillosa decoración pictórica de sus bóvedas y cúpula. Por estar dedicada a San Juan Bautista, la práctica totalidad de las pinturas (obra del autor turolense Francisco del Plano)  hacen referencia a él.

      Destacan también sus retablos, gemelos uno frente al otro, y el retablo mayor con lienzo del bautismo del Jesús en el Jordán, coronado por el escudo de la famlia Liñán, señores de Cetina.

     La invasión napoleónica a principios del siglo XIX privó a Cetina de toda su orfebrería de valor así como de su órgano y coro que desaparecieron para siempre.